Reforma publica que la organización criminal de los Beltrán Leyva pagó por lo menos 500 mil dólares al General Arturo Acosta Chaparro, asesinado el viernes 20 de abril en el Distrito Federal, para que los contactara con militares de alto rango que pudieran brindarles protección, de acuerdo con el testimonio de un narcotraficante.
El diario refiere que, según esa fuente, Acosta Chaparro se reunió en dos ocasiones con los capos Arturo y Héctor Beltrán Leyva, “El Barbas” y “El H”, respectivamente, en una mansión del Fraccionamiento Las Brisas Guitarrón, en Acapulco, y en un rancho de los traficantes en la Colonia Santo Tomás Ajusco, en el Distrito Federal.
En este último sitio de la delegación Tlalpan, como favor personal a Arturo Beltrán, el General aceptó reunirse con los hermanos Miguel y Omar Treviño Morales, mandos de Los Zetas y llamados “El 40” y “El 42”, quienes buscaban un acercamiento con militares.
El medio refiere que los Zetas pretendían que Acosta les presentara a generales con mando en Tamaulipas y Veracruz, pues a principios de este sexenio la organización de sicarios no tenían contactos de ese nivel en dichas entidades, según el testimonio del narcotraficante.
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