La Jornada publica hoy que a casi un año de la mudanza de los senadores a su nueva sede, ubicada en Paseo de la Reforma e Insurgentes, el edificio no ha sido entregado aún a la directiva de esa Cámara y las fallas y percances son continuos en el inmueble, cuyo costo es ya superior a los 4 mil millones de pesos.
Ayer se derrumbó y se hizo añicos otra puerta de cristal, esta vez en la sede del grupo parlamentario del PAN, y nuevamente un trabajador estuvo a punto de resultar lesionado. La perredista Yeidckol Polevnsky dijo que insistirá para que la directiva del Senado exija cuentas a la Constructora Gami, toda vez que está en riesgo la integridad física de legisladores y trabajadores. Si no exigimos que se aclaren cifras y gastos, seremos cómplices de las irregularidades y posibles abusos en la edificación de esa sede fastuosa, tan poco republicana
, recalcó.
Se tiene conocimiento de que en lo que va del año cinco puertas se han venido abajo en la torre donde se ubican las oficinas de los senadores, además de constantes fugas de agua y mal olor en diversas áreas, ya que no funciona bien la planta de tratamiento de líquidos negros, ubicada en el sótano tres. De entrada, Polevnsky consideró que deben atenderse las observaciones que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) formuló al Senado y agilizar los trámites para llevar a cabo una investigación a fondo, ya que hay evidencias de que se utilizaron materialesde segunda
en la construcción, y el mobiliario se adquirió de saldos en el extranjero. Hay además errores graves, como el de que todas las puertas sean de cristal. Tan sólo en la torre de oficinas hay 128.
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