La agencia especializada en seguridad y geopolítica, Strategic Forecasting (@Stratfor), afirmó que el cártel de Sinaloa busca “limpiar” Acapulco, Guerrero, con bandas menores como lo hizo en Boca del Río, Veracruz, lo cual se refiere a eliminar a miembros de cárteles rivales como Los Zetas.
Stratfor publicó un análisis en el que menciona que dos mantas firmadas por el Cártel de Jalisco Nuevo Generación (CJNG) fueron encontradas el pasado 3 de febrero en Acapulco. A través de estos mensajes, el CJNG amenazó con “limpiar” Acapulco como hiciera con Veracruz, esto, en referencia a los múltiples asesinatos contra miembros de Los Zetas de fines de 2011.
El mensaje alertó específicamente a grupos criminales que operan en el puerto, como son el Cártel Independiente de Acapulco, Los Zetas y algunos elementos que aún se mantienen en activo de la organización de los Beltrán Leyva. El mensaje también afirmó que el CJNG no busca enfrentar a la Policía Federal, la Marina o el Ejército, sino a los cárteles que aterrorizan Acapulco.
El Cártel de Jalisco Nueva Generación es la tercer gran organización criminal alineada con el cártel de Sinaloa que opera en Acapulco, después de las organizaciones Gente Nueva -una vieja unidad de sicarios del cártel de Sinaloa- y La Barredora. Este último cártel, de reciente conformación, ha estado peleando con el Cártel Independiente de Acapulco por algún tiempo y se alineó con “El Chapo” en la segunda mitad de 2011.
Acapulco es una plaza valiosa por la que se pelean estos grupos, los cuales no tienen ninguna intención de compartir el poder y mientras La Barredora continúe dirigiendo sus esfuerzos contra del cártel Independiente de Acapulco, el CJNG continuará sus esfuerzos en su lucha contra Los Zetas y otros grupos en Acapulco.
Cárteles de mayor tamaño frecuentemente usan grupos afiliados más pequeños -ya sean grupos de sicarios o pandillas regionales- para mantener el control en lugares lejanos a su territorio principal. De esta forma, respaldados por un poderoso y rico “jefe”, los grupos afiliados se vuelven más poderosos de lo que serían por su cuenta (aunque es incierto qué tanta autonomía mantendrán). Sin embargo, esta práctica tiene un peligro implícito: si no se supervisan estos grupos podrían volverse demasiado poderosos, por lo que amenazaría al grupo del que dependían originalmente. Tal fue el caso con Los Zetas, quienes iniciaron como unidad de sicarios del cártel del Golfo, pero se han convertido en el cártel más grande en términos de áreas de operación.
El líder del cártel de Sinaloa, Joaquin “El Chapo” Guzmán, entiende esta dinámica y al utilizar a los grupos afiliados es cuidadoso de no permitirles conseguir demasiado poder como para independizarse. Una forma de conseguir esto -de acuerdo con Stratfor– es movilizarlos constantemente.
Esto podría explicar la reciente itinerancia del CJNG, que originario de Guadalajara, condujó operaciones en Jalisco, Michoacán y Veracruz antes de desplegarse en Guerrero. Mientras tanto, La Barredora -nacido en Acapulco independiente del cártel de Sinaloa- supuestamente estuvo operando en Guadalajara en diciembre pasado. Al reacomodar al CJNG, La Barredora y otros grupos, la intención de Guzmán Loera es evitar que tengan un territorio bajo su dominio.
Los ataques estratégicos aunque débiles del Nuevo Cártel de Juárez
Durante el mes pasado, el Nuevo Cártel de Juárez, la nueva acometida del grupo de sicarios de la organización de Vicente Carrillo Fuentes (o cártel de Juárez), La Línea, ha estado asesinando policías municipales en Ciudad Juárez, pero ahora parece que el grupo ha iniciado el asesinato de agentes en la capital de Chihuahua, una ciudad que el cártel de Juárez controlaba antes de que fuera tomada por el cártel de Sinaloa.
La semana pasada, tres oficiales municipales y un hermano de otro oficial fue asesinado en Chihuahua. En uno de los casos, hombres armados dispararon contra un oficial fuera de turno en un bar. Después de las muertes, mantas firmadas por el Nuevo Cártel de Juárez fueron encontradas en la capital de Chihuahua con mensajes que amenazaban a las autoridades locales por sus apoyos al “Chapo” Guzmán.
Las mantas amenazaban a la Policía Única, una fuerza de tarea conformada por las policías municipal, estatal y federal. Si las amenazas son creíbles, debe hacerse notar que el Nuevo Cártel de Juárez no ha atacado policías en servicio y recurrentemente atacan más bien a oficiales fuera de turno que no van armados. Los asesinatos de agentes muestran que este cártel está tratando de quitar la presión de Sinaloa en Juárez, sin embargo, el hecho de que el nuevo cártel ataque policías indefensos, revela su debilidad.