En la cámaras de diputados hay 2 mil 094 iniciativas rezagadas, de las 2 mil 392 presentadas en los dos primeros años de la LXI legislatura. Entre febrero y abril de 2011, la cámara baja sólo atendió el 42.2% de los asuntos programados, y en la alta, la cifra fue de 56.3%. La asistencia promedio de los diputados a las sesiones es de 85.7% y la de los senadores, de 58.2%.
Estas estadísticas, reflejo de las dinámicas de trabajo de los legisladores, se desprenden de un estudio denominado Reporte Legislativo, hecho por la sociedad civil Integralia. La organización está dedicada al estudio y promoción de la transparencia y la rendición de cuentas y lanzará un reporte similar después de cada periodo de sesiones para “analizar el funcionamiento del Congreso mexicano y fortalecer su desempeño”.
“Reporte Legislativo ha desarrollado diversos indicadores de desempeño cuantitativos y cualitativos que permiten comparaciones a lo largo del tiempo”, dice la presentación del reporte, dirigido por Luis Carlos Ugalde, ex Consejero Presidente del Instituto Federal Electoral. En el documento, todas las cifras tienen como punto de partida el Servicio de Información para la Estadística Parlamentaria.
Las iniciativas presentadas, turnadas a comisiones y pendientes. El retraso promedio con el que empiezan las sesiones del pleno y su duración. La forma en que votan los grupos parlamentarios. Animal Político resume esas y otras variables que amplían la fotografía del trabajo que desempeñan los legisladores sesión con sesión.
Un retrato del Pleno
Allí donde los legisladores deliberan, votan iniciativas y se pronuncian sobre asuntos públicos está el primer ámbito evaluable del poder legislativo. Integralia lo define como “el espacio político más importante del Congreso en su función de vigilancia y control al Ejecutivo” y ha analizado variables como el retraso y la duración promedio de las sesiones, los dictámenes discutidos y las iniciativas presentadas.
En cuanto al inicio de las sesiones, las dos cámaras legislativas ‘cojean’ del pie de la puntualidad. Los senadores inician sus labores 1 hora 9 minutos tarde en promedio, y los diputados con 1 hora 12 minutos de retraso.
En la cámara alta, para el periodo febrero-abril 2011, la sesión más corta duró 1 hora 29 minutos, y la más larga, 9 horas y 28 minutos; lo cual indica que, en promedio, las sesiones del pleno –que se celebran martes y jueves– duran 3.42 horas.
En la cámara de diputados, cuyo pleno sesiona los mismos días, la sesión más corta duró sólo 45 minutos y la más larga 7 horas con 14 minutos. El promedio: 4.42 horas por sesión.
Entre los asuntos que cada cámara programa y los que atiende, hay una gran diferencia numérica. Los diputados dejaron pendientes 42.2% de los asuntos que planearon atender entre febrero y abril de 2011. Esto significa que sólo atendieron mil 770 de los 4 mil 197 programados.
En el caso de los senadores, el porcentaje de asuntos atendidos aumenta a 56.3%, pero su cantidad de asuntos programados es menor. Sólo 2 mil 501, de los cuales se atendieron mil 407.
Las iniciativas y sus temas
Juntos, diputados y senadores presentaron 853 iniciativas de ley en el periodo analizado. De ellas, 616 se presentaron en la cámara baja y 237 en la alta. A pesar de la cantidad, la gran mayoría de ellas se queda pendiente. En cámara de diputados suman 593 en esa calidad, y en la de senadores, 233. De todas las iniciativas de ley o decreto presentadas, la cámara baja aprobó 14 y la alta 3.
Los principales temas que tocan las iniciativas de los diputados están la política, la economía el comercio y la competitividad, y los impuestos y las finanzas públicas. Temas como la educación o el narcotráfico, quedan en séptimo y octavo lugar.
En el Senado, las iniciativas versan principalmente sobre Justicia y Estado de Derecho, Política y Economía. En último lugar se encuentran educación y cultura.
La unidad entre grupos parlamentarios
¿Cuál es el partido cuyos legisladores suelen votar siempre en el mismo sentido? ¿En cuál hay mayor disenso?
El Reporte Legislativo mide la unidad a partir de la cohesión que hay al interior de los grupos parlamentarios para votar iniciativas de ley, puntos de acuerdo y otros asuntos en un mismo sentido.
“Este indicador varía entre 33 y 100%. 33 significa la menor unidad posible; es decir, cuando un grupo parlamentario se divide en tres porciones idénticas y cada una vota cuando un grupo parlamentario se divide en tres porciones idénticas y cada una vota en sentido diferente (a favor, en contra o abstención). En contraste, 100% significa que todos los miembros del grupo votan de manera idéntica”.
En resumen, en ambas cámaras hay una gran unidad. La de diputados tiene 95.5%, y el senado 92.%. Entre grupos parlamentarios, el más cohesionado es el de Nueva Alianza, y el menos, el del Partido del Trabajo.
En lo que respecta a la cámara de senadores, el PRI es el grupo con más cohesión, con 99.8%. El de menos es el PRD, con 91.9%.
¿Qué implicaciones tiene una alta cohesión en el poder legislativo? Luis Carlos Ugalde considera que tiene impactos tanto positivos como negativos. Por un lado, la cohesión facilita la toma de decisiones y significa menor tiempo de negociación; pero, por otro lado, un solo liderazgo fuerte en un grupo parlamentario puede ser suficiente para bloquear reformas.
Asistencia, presencia y votaciones
Hay parlamentarios que asisten a las sesiones, pero rara vez votan. Hay otros que tienen inasistencias justificadas y que al final, no cuentan como ausencias de la sesión.
La laxitud en la medición de asistencias e inasistencias da lugar a cifras que dan una aproximación inexacta a la presencia o ausencia física de los legisladores en las Cámaras, por tanto, en el Reporte Legislativo hay tres indicadores: asistencia, presencia y participación en las votaciones.
Entre los diputados, el grupo parlamentario del Partido Nueva Alianza es el que tiene más asistencias, pero el líder en presencia física de sus legisladores, es el del Partido del Trabajo que, igualmente, es el que más participa en las votaciones. En conjunto, en esta Cámara sólo 75% de los legisladores participan en las votaciones; lo que implica que un tercio del total está ausente de la toma de decisiones.
El grupo parlamentario que más inasistencias tiene es el de Convergencia; y los legisladores sin partido son los que están más ausentes y que menos participan en las votaciones.
En el senado, en contraste, son los legisladores sin partido los que más participan en las votaciones, y los que menos, los del Partido Nueva Alianza.
Entonces… ¿el Legislativo trabaja o no trabaja?
“Lo que tenemos es un poder legislativo muy activista”, dice Ugalde. En el Poder Legislativo se usa la tribuna con fines políticos, pero el desahogo de asuntos de primordial importancia para el país, es muy bajo y, por tanto, se procesan poco los temas de la agenda legislativa.
Por tanto, es importante abatir el rezago del Congreso en su responsabilidad para rendir cuentas de su desempeño.
“Hoy el Congreso es una voz autónoma que define el contenido de las leyes y las políticas en todos los ámbitos de la vida ámbitos de la vida nacional y que ejerce un contrapeso cada vez mayor sobre el Ejecutivo, pero carece de contrapesos ciudadanos que lo supervisen”, puntualiza el Reporte Legislativo, cuyo segundo número se presentará la próxima semana.