La Jornada publica que hace un año, frente a un grupo de madres centroamericanas que cruzaron medio México en busca de sus hijos, migrantes desaparecidos, la Secretaría de Gobernación (Segob) se comprometió a concretar un plan interinstitucional de protección en las rutas migratorias, a establecer una base de datos coordinada con los estados, a darle seguimiento a los casos de extranjeros extraviados y sancionar los casos de extorsión por parte de funcionarios.
La caravana de madres itinerantes –esta vez son 33, la mayoría de Honduras– está nuevamente en México, se ha vuelto a reunir con los mismos funcionarios de la Segob, del Instituto Nacional de Migración y de las procuradurías General de la República (PGR) y estatales. Y han descubierto que en el año transcurrido no se hizo nada: ni plan de protección, ni base de datos ni respuestas a las acuciantes preguntas sobre el paradero de sus seres queridos.
Ayer, en su paso por esta ciudad, manifestaron en conferencia de prensa que esta vez quieren ir un poco más allá de las denuncias y de las exigencias, y promover la solidaridad en la ciudadanía mexicana: Que se unan a nuestras peticiones para erradicar la xenofobia que subyace debajo de la violencia que padece la población migrante.
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