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Textual: La propuesta económica <br> de Peña Nieto
Textual: La propuesta económica <br> de Peña Nieto
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Textual: La propuesta económica <br> de Peña Nieto

11 de octubre, 2011
Por: Redacción Animal Político
@WikiRamos 

Lo que hoy buscamos como país debe estar sentado fundamentalmente a la construcción de un Estado eficaz, un Estado que al menos tenga tres objetivos centrales.

Primero: garantizar que todos los derechos y anhelos consagrados en la Constitución se materialicen en cada mexicano por el solo hecho de serlo, que dejen de ser una aspiración y un anhelo escrito en la Constitución y convertirse en una realidad.

Segundo: el Estado eficaz debe ser garantizar el pleno desarrollo de nuestra economía, crecer a nuestro verdadero potencial económico, porque hoy -a decirlo con verdad- no estamos creciendo, y peor aún, crecemos menos que el resto de los países de América Latina y de toda la región.

Y tercero: con los resultados que obtengamos, justamente de este crecimiento, regresemos a México a una posición de liderazgo en el contexto internacional.

Enrique Peña Nieto, exgobernador del Estado de México.//FOTO: Cuartoscuro

A partir de esto que he señalado, de lo que debe ser el tema central, la construcción del Estado eficaz, y toda vez que hoy nos toca abordar cuál es nuestra propuesta en materia económica, déjeme pasar a ella de la siguiente forma y que no sorprenda que en la exposición haya varias coincidencias con las que han planteado quienes me antecedieron.

Yo diría que el planteamiento que traigo ante ustedes, consta de tres partes y que, de manera muy ejecutiva, habré de citar, un diagnóstico sobre la economía de nuestro país, que, insisto, se ha referido ya aquí en varias ocasiones. Una explicación de por qué no crecemos o quizá las razones centrales de por qué creemos no estamos creciendo, y en consecuencia, sabemos lo que nos falta o lo que no tenemos y qué proponemos para crecer.

Diagnóstico de nuestra economía.

Somos una país con pobre crecimiento económico. El promedio de los últimos 10 años ha sido el más bajo de los últimos 80 años. Insisto, hay países de América Latina cuyo crecimiento es verdaderamente mucho mayor al que México ha tenido, baste solamente citar al de Brasil, que ha sido del doble, y el de Perú, que ha sido dos veces más al que ha tenido México.

Esos países donde ha habido crecimiento económico han logrado atender una de las prioridades de cualquier Estado: combatir la pobreza y generar justicia social. Basta señalar que Brasil en la década anterior logró sacar a más de 18 millones de brasileños de esa condición, en contraste con lo que nos ocurrió a los mexicanos, de 2006 a 2010, 12 millones de mexicanos cayeron en condición de pobreza.

Sin duda, esta condición también nos alerta sobre las condiciones de empleo, no hemos generado opciones de desarrollo y de empleo para una población que cada día la demanda mayormente. Las tasas de desempleo se han duplicado, pasaron de 2.5 a 5.3%, y no hablemos de la tasa de desempleo juvenil, que también se duplicó al pasar de 4.8  10 por ciento.

Desperdiciamos, en la primera década de este siglo XXI, una de nuestras grandes ventajas competitivas frente al mundo, el bono demográfico, es decir, el sector poblacional que está en aptitud de generar riqueza, mayormente, aquel que resulta ser dependiente. Particularmente, población adulta y niños, y esto, para quienes sea más gráfico, es como aquella familia, donde, cuando es solo el padre responsable del mantenimiento y de llevar el gasto a la casa porque los hijos o son menores o están estudiando, evidentemente, el ingreso rinde menos, pero cuando hay  jóvenes dentro de una familia en condición de generar ingreso, sin duda, la condición de una familia mejora, y eso es justamente lo que no estamos aprovechando.

Tenemos hoy un sector con la oportunidad de generar riqueza que no está teniendo opciones de trabajo y de participar en la generación de riqueza. Diría que esta condición, quizá de manera sintetizada que priva en el país en materia económica, nos llevará a preguntarnos ¿por qué no crecemos?, ¿por qué no hemos optimizado y aprovechado las ventajas competitivas que tenemos como país?, nuestra situación geográfica, vecinos del país y de la primera potencia del mundo, con litorales con el Atlántico y el Pacífico, con una red ferroviaria y carretera, sin duda, importante, que nos da grandes ventajas, y no obstante esta condición, no estamos creciendo económicamente.

¿Por qué?, insisto, aquí se han dado ya algunas explicaciones de tener esta condición. Porque no tenemos suficiente competencia económica, porque no promovemos la competencia y porque las instancias reguladoras no han sido eficaces para asegurar, justamente, y motivar mayor competencia entre los agentes económicos.

Peña Nieto y Manlio Fabio Beltrones durante un foro organizado por la fundación Colosio.//FOTO: Cuartoscuro

Baste señalar, para hacerlo gráfico, que en el análisis del Foro Económico Mundial, nuestro país en esta condición, en la efectividad de políticas antimonopólicas, nos ubicamos en el lugar 120 de entre 142 países; Chile está en el lugar 19; Brasil en el 34 y China en el 48, para darle contexto a esta condición.

A decir de un estudio de hace aproximadamente dos años del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, la población en México pierde una tercera parte de su ingreso por no tener o por no haber un contexto de mayor competencia que asegure mayores bienes y productos de mayor calidad a un mejor precio.

Otras son el bajo nivel de crédito para financiar estrategias para el desarrollo. En México, tenemos una banca, sin duda, ejemplar si la comparamos con las condiciones que la banca privada tiene en varios países desarrollados, su condición a partir de la crisis de 2008, la nuestra es una banca sana financieramente y sólida, pero lamentablemente, no es una que apalanque con suficiencia el desarrollo de nuestro país, no presta lo que debiera prestar.

La medición es muy puntual, en el sector privado es del 23 por ciento del PIB, mientras que en otros países, aquellos de mayor desarrollo, es notablemente mayor. En Brasil e India el 50 por ciento del PIB es para el crédito; en Chile es el 100 por ciento y en China un 127 por ciento.

(Inaudible)… infraestructura insuficiente y deficiente, no ha habido una ejecución o capacidad de ejecución de los gobiernos en la última década, que haga posible que tengamos mejor infraestructura para elevar la competitividad de nuestro país, y de ahí que de acuerdo al Foro Económico Mundial hemos pasado del lugar 61 al 66 de entre 142 naciones comparadas en esta materia.

Cuarta razón de por qué no crecemos: una economía informal creciente, ya que el 70 por ciento de las personas que se emplearon en la última década, lo hicieron en el sector informal, es decir, 3 de cada 10 trabajadores lo hacen en este rubro, evidentemente, en la parte en la parte que me refiera qué debemos hacer, será justamente lo contrario. ¿Cómo incentivamos y motivamos la empleos en el sector formal?, insuficiente (inaudible) y deficiente formación de capital humano, aquí ya se señaló. No hay, lamentablemente, y en eso tenemos que ocuparnos, calidad educativa en todos los niveles. Y peor, aún, suficiente cobertura, especialmente donde más se necesita: nivel medio superior y superior, y aquí se dieron ya distintas cifras sobre esta cuestión particular.

Sexta razón, la ausencia de una estrategia comercial, sin duda, la ausencia de una política económica que realmente favorezca o dé impulso a los diferentes sectores de la economía de nuestro país para aprovechar las ventajas competitivas que tenemos ha estado ausente.

Y sin duda, es esta razón, para de una vez decir, que la mejor política económica o la mejor política industrial no es la que está ausente o no existe, sino por el contrario, aquella que se diseña desde el Estado para darle impulso a la vocación económica de nuestras distintas regiones y para impulsar a los distintos sectores de la economía.

El Peña Nieto con Javier Duarte durante el Consejo Nacional del PRI.//FOTO: Cuartoscuro

Lo anterior, estas seis razones, han afectado de manera notable nuestra competitividad, de tal suerte que de acuerdo a la última medición que hace el Foro Económico Mundial, en esta última década, pasamos de ubicarnos en la posición 42 a tener en el 2011 el lugar 58, en lugar de ir hacia adelante retrocedimos en las condiciones de competitividad que tiene nuestro país.

Lo anterior, me lleva hacia una afirmación categórica, no sólo como una necesidad, como algo que debiéramos tener, sino, diría como la mayor o una de las mayores prioridades que la política económica del Estado debe tener en los próximos años, crecer económicamente, no sólo por una necesidad, sino porque es condición indispensable para asegurar mejores condiciones para todos los mexicanos, condiciones de bienestar, combate a la pobreza, mayor eficiencia en la política de seguridad pública, y sobre todo, garantizar opciones de desarrollo y de empleo para los mexicanos.

Si no logramos crecer económicamente, con dificultad podremos atender estas asignaturas, de ahí que insista, y afirme de manera categórica, que crecer económicamente debe ser la prioridad de la política económica del próximo gobierno.

¿Qué hacer para poder crecer?

Diez puntos concretos y ofrezco ser muy puntal en respeto al tiempo.

Mantener la estabilidad macroeconómica, sin duda, la condición de estabilidad macroeconómica que tiene nuestro país es condición indispensable para poder crecer, ésta que México ha tenido en los últimos 15 años ha permitido que tengamos finanzas públicas sanas y una política monetaria responsable que deriva de tener un banco central autónomo y que bien podría ampliar sus facultades para mantener y garantizar la estabilidad macroeconómica, pero como lo dijera Alonso, no es suficiente para crecer, es condición, y debemos mantener esta estabilidad macroeconómica, de ahí que sugerimos algunas otras medidas.

Fomentar la competencia económica en todos los ámbitos, solamente en aquellos países donde se promueve la competencia y se genera innovación, se hace posible que la población disfrute de más y mejores bienes y servicios de calidad y a mejor precio. Y evidentemente, en alcance a este objetivo, habrá que redefinir las competencias en el marco regulatorio que nos permitan ser más eficaces en el combate a las prácticas monopólicas.

Tercer medida, impulsar a México como una potencia energética. Sin duda, Pemex es la empresa de todos los mexicanos, ha sido pilar del desarrollo económico y social de nuestro país, y no debe dejar de serlo. Considero que México tiene ante sí la gran oportunidad de hacer de Pemex, la gran empresa de los mexicanos, la palanca de un gran desarrollo de mayor crecimiento económico.

Creo conveniente que perdamos el miedo, que depongamos actitudes partidarias, y sin duda, el que evitemos ser rehenes de posiciones ideológicas para hacer las transformaciones necesarias dentro de Pemex que hagan posible de esta industria una más competitiva, y sin duda, una palanca importante del crecimiento y desarrollo de México.

Enrique Peña Nieto durante la inauguración del Centro Cultural Mexiquense en Texcoco.

Sólo para poner en contexto la importancia que tiene Pemex como la empresa internacional que es, la inversión anual que esta paraestatal realiza cada año, es mayor a la que hacen de manera sumada todas las empresas que cotizan en bolsa, para significar lo que es esta gran empresa, y quienes me antecedieron apuntaron alguna líneas que, sin duda, serán centrales para hacer de Pemex una palanca de mayor desarrollo.

Cuarto, mayor inversión en capital humano, y en este propósito, sin duda, está el mejorar o reformar el modelo educativo que sigue en nuestro país para lograr calidad educativa y mayor cobertura. En este objetivo está el hacer mayores inversiones en innovación, ciencia y tecnología porque aquellos países que así lo han hecho, sin duda, su modelo educativo, les ha redituado socialmente. Y ahí están los ejemplos, que solo por citar diría, Brasil invierte 1.1 por ciento de su PIB en ciencia y tecnología; Chile lo hace al punto 7, mientras que México apenas lo hace al punto 4 por ciento.

Quinto,  aumentar el nivel de crédito, ya lo señalé hace un momento, tenemos una banca consolidada, financieramente sana, pero que no está prestando lo necesario para apalancar el desarrollo de nuestra economía a partir de mayores empréstitos al sector privado, y en esta misma política, sin duda, que el Estado se ocupe de tomar medidas para eficientar la banca de desarrollo de la que prácticamente hemos abandonado, se ha manejado de manera inercial, y sin duda, no ha hecho una mayor contribución al desarrollo de nuestra economía.

Sexto, duplicar la inversión en infraestructura, no sólo la duplicaría, creo que en materia de infraestructura podemos crecer de manera notable, en el Estado de México fue posible triplicar la red de autopistas concesionadas y además, a través de un modelo de participación público-privada, garantizar el mantenimiento de la red de comunicaciones del estado, al menos de la más importante y creo que en este objetivo estamos rezagados, ni siquiera hemos alcanzado los niveles de inversión con respecto al PIB que tuvimos en los años setentas.

Reducir la economía informal, generar incentivos para generar o para crear empleos en el sector formal, y ahí está una figura, que aquí ya se señaló y que también he postulado, no por ser propia, sino en la que sin duda coincido, generar un sistema de seguridad social universal financiado con impuestos públicos generales y que realmente nos permita alentar y incentivar la creación de empleos en el sector formal.

Diseñar una nueva estrategia de comercio exterior para competir con dos actores protagónicos de la economía mundial: China e India. En la política industrial de nuestro país pasamos de aquella que pretendía que el Estado lo hiciera todo a aquella en la que prácticamente optamos por considerar como la mejor política industrial la que no existe, y creo que nos equivocamos, o tenemos que impulsar una política industrial que realmente impulse la actividad económica de distintos sectores a partir de sus ventajas competitivas y diseñe mecanismos que les permita participar en el mercado global.

Noveno, una nueva política económica con tres propósitos fundamentales: reactivar el campo, impulsar nuestra vocación turística, e insisto, definir o rediseñar, y tener al menos, una nueva política industrial.

Y finalmente, un tema del que ya se habló ampliamente por quienes me antecedieron en el uso de la palabra, una reforma fiscal integral, el Estado Mexicano necesita de contar con recursos, precisamente, para darle impulso a las distintas acciones que aquí ya se han mencionado.

Somos dentro de los países OCDE uno de los países, no uno de los países, el país que menos recuda, somos el país que apenas genera ingresos por recaudación de apenas el 10 por ciento mientras que el promedio de los países de OCDE lo hace o generan del orden de 35 por ciento de su PIB, y sobre este tema, yo creo que habrá oportunidad para ampliar hacia dónde debiéramos ir.

Estas son las 10 medidas que propongo de manera muy puntual, debieran considerarse para definir una política económica que nos permita crecer económicamente, generar condiciones de mayor competitividad, y sobre todo, abrir oportunidades de desarrollo y empleo para la población de este país.

Concluyo con lo siguiente:

Estoy convencido de que sí se puede transitar a mejores horizontes.

Sí se puede crecer económicamente como no lo hemos hecho hasta ahora, tenemos que romper con la inercia que llevamos, de acuerdo con estudios del Fondo Monetario Internacional, de mantenernos en esta condición de estabilidad macroeconómica y con lo que hoy tenemos, podríamos crecer a tasas del orden del 3 por ciento, insuficientes para lo que nuestro país y su población estarán demandando en los próximos años.

Tengamos por objetivo central de lo que debamos hacer en los próximos años, el crecer económicamente, con todos los ingredientes, las políticas y lo necesario para lograr este objetivo, alineando los esfuerzos institucionales con una gran convocatoria a los actores políticos, económicos y sociales que tengan este mismo objetivo, que haya contundencia en lo que queremos lograr.

Yo estoy convencido de que sí se puede, no perdamos la oportunidad de hacerlo, no perdamos el tiempo, porque es este o serán los próximos 6 años los que definan y marquen el rumbo de nuestro país, quizá los próximos 50 años.

Sí se puede y hagamos que así suceda.

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