El mensaje es entregado en una llamada telefónica a la dirección de la escuela, un paquete de copias repartidas en otro colegio, una manta colgada afuera de otro. La demanda es la misma: los maestros tendrán hasta el 1° de octubre para empezar a entregar la mitad de su paga. Si no, estarían arriesgando sus vidas, publicó The New York Times en su edición de hoy.
Las extorsiones son una industria que pasa por un boom, donde se reporta que los casos casi se triplicaron desde 2004. Para algunos analistas, es una consecuencia involuntaria de la estrategia gubernamental en la guerra contra las drogas: mientras los grandes cárteles se dividen, los ejércitos de ladrones callejeros, con experiencia en amenazas y violencia, han traído sus habilidades, para nuevos negocios. La nota del diario neoyorquino detalla los casos de extorsión que han caído en el magisterio guerrerense, así como las protestas de los maestros.
Pero la amenaza hacia los profesores en este descolorido refugio de criminales, ha llevado el delito a nuevos niveles. Desde que las amenazas anónimas empezaron a llegar el año pasado, en el regresaron a clases tras de la pausa del verano, cientos de escuelas han cerrado.
“Esto no es por el dinero, esto es sobre vida o muerte“, dijo Alejandro Estrada, un profesor de primaria mientras marchaba en protesta con otros miles de maestros en el bulevar costero de Acapulco.
“Si no pagan, se mueren”
La palabra aquí, en los barrios difíciles de las zonas lejanas de las montañas que cubren la -alguna vez- espléndida bahía de Acapulco, es que todos están pagando protección en efectivo: doctores, taxistas, tiendas locales.
“Ellos vienen cada semana, y debes pagar porque uno nunca sabe“, susurró una persona que vende flores en el mercado de Emiliano Zapata, una parte del pueblo donde las cortinas abajo de los negocios y las escuelas cerradas con candado testifican el miedo.
Pero a diferencia de otros grupos, los cuales parecen estar sufriendo en silencio, el maestro pertenece a un poderoso sindicato que puede convocar a un amplio número de personas a protestar. Y el mes pasado, las huelgas se esparcieron a las escuelas que no han recibido amenazas, las cuales cerraron en solidaridad o por miedo.
“Estamos todos asustados”, afirmó una maestra de preparatoria, quien dio su nombre sólo como Noemí. “Somos el blanco porque tenemos un salario que es un poco más estable que el del resto.”
A nivel nacional el crecimiento de la extorsión se ha desatado en el último mes después de que Los Zetas cumplieran las amenazas de extorsión en el Casino Royale y mataran a 52 personas.
La estrategia principal en estos cinco años, por parte del presidente Felipe Calderón ha sido fracturar las grandes organizaciones en grupos pequeños. Pero cuando las bandas violentas se desatan de la jerarquía de sus jefes o ven dificultado su trabajo por otras organizaciones, buscan nuevas líneas de trabajo como en este caso es la extorsión, según han afirmado algunos expertos.
“Tres o cuatro hombres pueden decir que son Zetas y dedicarse a la extorsión”, afirmó Guillermo Zepeda, un experto en seguridad del Iteso, una universidad jesuita de Guadalajara. “En algunas partes de Jalisco los dueños de las tiendas prefieren cerrar sus tiendas que pagar la protección.”
Pero la extorsión se ha esparcido en muchas regiones de México que habían estado relativamente lejos de la guerra contra las drogas, de acuerdo con un estudio de Eduardo Guerrero, un analista de seguridad en Lantia Consultores, una firma de consultoría mexicana.
“La extorsión es el mejor negocio después del tráfico internacional de droga”, afirmó Guerrero. “Si eres suficientemente violento, puedes generar una entrada de dinero regular.” El negocio “siempre recurre a la intimidación”, es la conclusión de Guerrero en su reporte publicado en Nexos este mes. “El resultado es que se ejercer mucho más violencia que con el narcotráfico.”
Aún más, a diferencia de la violencia de cartel contra cartel, la violencia se extiende hacia ciudadanos ordinarios. El enredo con civiles inocentes, puede rápidamente desatar el enojo de la comunidad y es la razón por la que algunos cárteles, como la poderosa federación de Sinaloa, han evitado esta práctica por ser dañina para el negocio.
El rechazo popular contra la extorsión se hecho tan poderoso que la banda “La gente nueva”, un cártel rival de Los Zetas, tiró 35 cuerpos en una avenida principal de Boca del Río con un mensaje que decía: “Gente de Veracruz, no deje que la extorsionen. No pague más cuotas.”
El conteo oficial de los casos de extorsión se triplicó desde 2004. México Evalúa, un grupo que compila las estadísticas de crímenes, estima que al menos el 80% de las extorsiones quedan sin denuncia y algunas de las entidades ni siquiera rastrean este delito.
El puerto de Acapulco, hoy una de las ciudades más peligrosas, enfrenta una amenaza doble: mientras los cárteles se enfrentan y las pandillas más chicas continúan exigiendo un interminable ciclo de venganzas, los ladrones de barrios aterrorizan a la gente ordinaria.
Los asesinatos relacionados con el crimen se han multiplicado casi por ocho en Guerrero en los últimos dos años, saltando exactamente un año después de que la Polícía Federal detuviera a Édgar Valdez Villarreal, “La Barbie”. En los primeros meses de este año estos asesinatos han alcanzado un promedio de 78 al mes, según el conteo de Eduardo Guerrero.
Funcionarios de la entidad intentaron evitar los cierres en las escuelas, los cuales están concentrados en los barrios más pobres, pero después de que protestaran alrededor de 7 mil profesores el miércoles pasado, el gobernador del estado de Guerrero, Ángel Aguirre, se reunió con el magisterio el jueves, prometiendo mayores medidas de seguridad, incluyendo mayor número de patrullas policiacas, y la instalación de botones de pánico, teléfonos y cámaras de video en cada escuela.
Los maestros decidirán mañana martes si las ofertas del gobierno son suficientes para regresar a clases. Algunos analistas se preguntan si las amenazas contra los maestros podrían llevarse a cabo. La mayoría de los grupos criminales evitarían atacar a un grupo políicamente poderoso como el magisterio.
Extorsionar maestros es riesgoso; genera una gran descontento social”, afirmó Raúl Benitez, un experto en seguridad nacional en la UNAM. Para este académico, “es una estupidez.”