“Con ataque a Casino Royale, México querrá más ayuda de EU”: <i>The Guardian</i>
El ataque al Casino Royale en Monterrey “ha desatado el siguiente nivel de atrocidad” en México, “donde la crueldad significa supervivencia y los civiles son peones inconvenientes”, publica hoyThe Guardian, que prevé que los cárteles de la droga jugarán más sucio que nunca y exhorta al gobierno federal a modificar la estrategia del combate al crimen organizado.
El diario inglés refiere que las víctimas del Casino Royal eran personas inocentes que fueron utilizadas “por los hombres que realmente dominan el país” para transmitir un mensaje: “nosotros ponemos las reglas e imponemos nuestra autoridad con impunidad”.
The Guardian dice que la gente en Monterrey evitaba las actividades nocturnas y lugares riesgosos para no exponerse al peligro, pero que ahora entienden que la violencia se ha convertido en un demonio que está a cualquier hora y en cualquier lugar: “El país entero siente que está en el lugar equivocado, y ahora también siente que está en el tiempo equivocado”.
Así, el diario inglés dice que el gobierno actual tendrá que cambiar su estrategia: “Si Calderón acepta que el gobierno va perdiendo en su guerra contra las drogas, podría sepultar la última esperanza de que el PAN se quede en el poder en 2012. Cualquier administración que llegue será forzada a admitir la existencia y el alcance de una guerra contra las drogas perpetuada por la demanda internacional y la ayuda de la corrupción interna.”
Además, The Guardian dice que aunque México históricamente ha sido cauteloso en cuanto a la intervención de Estados Unidos en sus problemas, “el gobierno y la gente ahora pueden estar más receptivos a incrementar y hacer más directa la asistencia de EU al país.”
“Hay un sentimiento colectivo de que el ataque al casino en Monterrey probó que la situación está fuera de control y que es tiempo de enlistar y aceptar ayuda externa”, publica.
¿Cuál es el primer paso que tiene que dar el gobierno en la pelea contra el crimen organizado? Combatir la corrupción en la policía, dice The Guardian.
