Cienciología y otras filosofías <br>que se han usado en el gobierno
El uso de filosofías y técnicas “alternativas” en la burocracia para “mejorar el desempeño” no es nuevo. En el sexenio del primer gobernador panista del país, Francisco Barrio Terrazas, más de 6 mil trabajadores del gobierno de Chihuahua y 3 mil 614 maestros fueron obligados a participar en los Seminarios de Programación Neurolingüística (PNL) impartidos por instructores del gobierno estatal.
En Tamaulipas, el inicio del sexenio del priista Manuel Cavazos Lerma –1993-1999— trajo aparejado el arranque de un convenio con la Universidad Maharishi de América Latina, “para la readaptación social en el sistema penitenciario del Estado”.
Cavazos Lerma intentó después imponer en las escuelas el programa “El despertar de las conciencias”. Con este proyecto se obligaría a todos los alumnos de 5to y 6to grado y a los funcionarios del gobierno a tomar cursos de desarrollo mental.
En Puebla, hace unas semanas la Secretaría de Educación Pública (SEP) repartió entre maestros de primaria un “paquete educativo” con el libro Aprendiendo a Aprender, basado en las obras de L. Ronald Hubbard y el dvd El Camino a la Felicidad, un “código moral” para ser impartido en el salón de clases.
El video incluso cuenta con modo “maestro” que presenta en 21 capítulos un pequeño spot por cada uno de los preceptos y luego desarrolla su explicación, bombardeando visualmente con el logotipo de El Camino a la Felicidad, el cual es una marca registrada por la L. Ronald Hubbard Library.
De acuerdo con la página de The Way to Happiness Foundation International, recientemente se aplicó un “taller piloto de introducción” en una cárcel de la ciudad de México, que dejó como resultado una reducción de 10% del índice de reincidencia, pero la página no ofrece más datos sobre de qué centro penitenciario se trata o en qué fecha se aplicó dicho taller.
No se puede educar con recetas
Martín López Calva, coordinador del Doctorado Interinstitucional en Educación en la Universidad Iberoamericana plantel Puebla, calificó de “delicada” la distribución del material por parte de la SEP.
Y si bien consideró positivo el que se plantee desde el gobierno la necesidad de enseñar a los alumnos a aprender y no sólo a memorizar, “me parece que el asunto tendría que venir de asuntos con más sustento pedagógico.”
“No conozco realmente a este autor (L. Ronald Hubbard), pero no es alguien que esté avalado académicamente ni que tengan sustento sus teorías en investigación educativa. Hay mucha investigación en el campo desarrollada en México y a nivel internacional que daría un mucho mejor sustento a cualquier propuesta de enseñar al niño a aprender o en su formación moral.”
Y apuntó: “En la parte moral me parece que es delicado el tema, porque no creo que actualmente se pueda educar con códigos de conducta o morales esto puede tender hacia una educación muy dogmática y puede tender a ideologizar a los niños.”
El también coordinador de la maestría en Educación Humanista en la UIA explicó que los investigadores en ética y moral hablan de propuestas que enseñen al niño a asumir responsabilidades y generar sus propias convicciones, “como que toda esta literatura que es más de recetas, el cómo debes vivir, no creo que sea más eficaz. Por otro lado tiene además el riesgo de qué valor vas a enseñar, desde que fundamento o desde qué corriente ideológica vienen esos valores.”
Por ello, el investigador insistió que se tienen que valorar y apostar por propuestas que estén sustentadas en investigación académica “y no tanto surgidas de estas filosofías new age que si bien son intentos rescatables, loables, de gente que busca como mejorar como seres humanos, no tiene un asidero científico. Entonces, si se va a enfrentar como un asunto a nivel del sistema educativo entonces tendría que pensarse en algo que tenga sustento académico”.
