De cuatro grandes cárteles, México pasó a tener 12
Cuando el presidente Felipe Calderón asumió el cargo a finales del 2006, sólo operaban en México los cárteles de Sinaloa, del Golfo, de Tijuana y de Juárez. Ahora, a casi cinco años de que el Presidente inició una batalla frontal contra estas organizaciones, algunos analistas han señalado que pueden llegar a contarse una docena.
“Parece que cada día escuchamos de un nuevo grupo. Hay más de los que puedo contar”, dijo un funcionario de seguridad estadounidense en México a la agencia Reuters y que prefirió guardar el anonimato.
El reporte de la agencia inglesa señala que “las bandas buscan intimidar cometiendo actos cada vez más violentos y obtener dinero extra ampliando sus ataques a delitos como extorsión y secuestro, algo posible debido a la amplia corrupción de los cuerpos de policía.”
Lo anterior hace sentido con el primer argumento que esgrimió hoy en su blog el Secretario técnico del Consejo de Seguridad Nacional, Alejandro Poiré, al tratar de explicar por qué el narcotráfico es ahora más violento en México.
Poiré señala: “Hay que recordar que el narcotráfico es un fenómeno violento, los grupos criminales compiten por el liderazgo de una organización, por su negocio, por ajustar cuentas de manera violenta, lo que cambió en México es que el narcotráfico se hizo mucho más grande, se dedicó a muchas más actividades, creció en su capacidad de fuego y en el número de personas involucradas en él.”
Y es que para Reuters, la seguridad será el desafío más importante para el próximo presidente, al contabilizar más de 42 mil muertos a causa de la violencia del narcotráfico desde finales del 2006.
La agencia también cuestiona que “la estrategia de ir por los cabecillas podría estar resultando contraproducente, dado que otras personas buscan ocupar ese vacío, desatando más enfrentamientos.”
En lo cual Poiré parece darles la razón al afirmar, también en su blog de hoy: “Por eso es tan importante que la estrategia de seguridad no solamente vaya por las cabezas de las organizaciones, sino también reconstruya el tejido social de las localidades y transforme las instituciones de seguridad pública local para que vayamos debilitando a los criminales, los vayamos poniendo ante la justicia y vayamos reconstruyendo la seguridad en todas nuestras comunidades”.
Llamativo negocio
Se calcula que la expansión del tráfico de drogas en México genera unos 40 mil millones de dólares anuales, por lo que resulta un “negocio” con más de un interesado.
Y es que, por ejemplo, el cultivo de amapola se disparó en 500%, entre 2003 y 2009, mientras que el cultivo de mariguana se triplicó, según información del gobierno de Estados Unidos.
Reuters señala que muchos especialistas atribuyen a una sola persona el origen del trasiego de drogas organizado en México: Miguel Angel Felix Gallardo, quien estructuró una red nacional de tráfico de cocaína en la década de 1980, al vincularse con narcotraficantes de Colombia.
Lo anterior se respalda con la segunda de las explicaciones emitidas por Poiré: “Cuando nosotros vemos su actividad, fundamentalmente en los ochentas y noventas, se dedicaban a producir mariguana o amapola, y llevarla hacia los Estados Unidos, que es lo primero que cambia: el mercado de cocaína que viene desde Colombia hacia los Estados Unidos, eso los hace organizaciones con mayor capacidad económica, porque las ganancias por cocaína son muy importantes.”
Cárteles enfrentados
En 2008, los hermanos Beltrán Leyva, que trabajaban para “El Chapo” Guzmán, jefe del cártel de Sinaloa, se separaron para formar su propia banda.
En 2009, Los Zetas también dejaron de ser el brazo armado del cártel del Golfo. Lo mismo ocurrió con Los Caballeros Templarios, en 2011, quienes surgieron de las “diferencias” dentro del cártel de La Familia en Michoacán.
Un reporte de Stratfor, publicado en mayo de 2011, señalaba que los cárteles de Sinaloa y Los Zetas eran quienes dominaban este reacomodo de los cárteles.
Con información de Reuters.
