Christine Lagarde, asumió este martes el cargo de directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) con la crisis financiera en Grecia al tope de su agenda y planea ofrecer una rueda de prensa el miércoles.
Lagarde llegó este martes a la sede del FMI en Washington, según informó AFP.
“Le espera una agenda de trabajo intensa”, informó el FMI en un comunicado interno el martes, que destacaba, entre los temas más urgentes, “la difícil elección de las políticas necesarias para contribuir a la recuperación global (y) tratar la crisis de la zona euro”.
“La economía global está sacudida por la continua incertidumbre en Europa, las rebeliones en Medio Oriente, las señales de recalentamiento en algunas economías emergentes y la subida de los precios, que supone un reto particular para los países de bajos ingresos”, explica el FMI.
La crisis griega, su prioridad
De entrada, Grecia espera recibir 12.000 millones de euros (17.400 millones de dólares) de la Unión Europea y el FMI hacia el 15 de julio, después delel paquete de rescate financiero de 110.000 millones de euros (160.000 millones de dólares) acordado el año pasado.
Según el calendario de pagos acordado en mayo de 2010, la parte que deberá asumir el FMI para este nuevo tramo es de 3.300 millones de euros (4.700 millones de dólares).
A largo plazo, el FMI debe encontrar una manera de financiar a un país que con toda probabilidad no será capaz de volver a los mercados de deuda a principios de 2012, como estaba previsto.
La situación parece más complicada que lo previsto. El plan para aliviar la carga de la deuda de Grecia, presentado por los acreedores privados franceses y actualmente a consideración de los negociadores europeos, recibió un serio golpe el lunes de parte de la agencia calificadora Standard and Poor’s.
Los analistas de la agencia afirman que las alternativas previstas en dicho plan “conducirán probablemente a una cesación de pagos según (sus) criterios”, precisamente lo que los europeos tratan de evitar a todo precio, temiendo un efecto de contagio a otras economías frágiles de la zona euro, como Portugal e incluso España.
En esta crisis griega, Lagarde pasa prácticamente sin transición de un lado al otro de la mesa: del de la zona euro, como ex ministra francesa de Finanzas, al del FMI.
Sin embargo, prometió tratar a los países de la Eurozona con el mismo rigor que al resto de los estados miembro.
“El FMI no pertenece a nadie. Pertenece a los 187 miembros del Fondo, y la gestión del Fondo no pertenece a ninguna nación o región en particular. No podemos representar la balanza del poder económico mundial si algunas economías están subrepresentadas”, dijo.
Lagarde dijo también que Grecia tiene que llevar a cabo ajustes difíciles y necesarios para restablecer la viabilidad de sus finanzas públicas y la competividad a su país.
“Se trata del destino de un país, de su seguridad. Y creo que en ese sentido tenemos que olvidar las pequeñas y grandes diferencias políticas en beneficio del país”.
La directora gerente dijo además que quiere asegurar la continuidad de la política de su antecesor en el cargo, Dominique Strauss-Kahn. Sin embargo, ambos proceden de escuelas distintas: Strauss-Kahn es un socialdemócrata, mientras que Lagarde es una “liberal moderada”.
El premio Nobel de economía, Paul Krugman, dijo que Lagarde, considerada “seria, responsable y sensata”, es todavía un misterio.
“Bajo Strauss-Kahn, el FMI se reveló como la menos dogmática, la más abierta intelectualmente de las grandes instituciones internacionales. (…) Así que la cuestión es: el FMI se va a volver más cauteloso en la era Lagarde? Por el bien de la economía mundial, esperemos que no”, escribió en su blog este economista estadounidense considerado de izquierda.
AFP*