La nueva escuela del narco liderada por “El Lazca” podría triunfar: Southernpulse
A pesar de que hubo noticias publicadas en medios mexicanos y estadounidense sobre el posible asesinato del líder del cártel de Los Zetas, Heriberto Lazcano Lazcano, “El Lazca” -el cual pudo haber sido perpetrado por el cártel del Golfo el 17 de junio pasado-, parece que el capo está vivo, pero bajo un mayor escrutinio público. Y es que para Southerpulse (@southernpulse) el líder “zeta” es el perfecto ejemplo de la nueva escuela de los capos mexicanos, lo que ha abierto la puerta para aquellos líderes criminales que buscan seguir sus pasos como un modelo ejemplar.
Para esta red de inteligencia con sede en Washinton D.C., de los tres hombres más buscados del gobierno mexicano, (incluidos “El Lazca”, Joaquín “El Chapo” Guzmán e Ismael “El Mayo” Zambada), el líder de Los Zetas es el más reciente de una larga línea de criminales mexicanos venerados que han creado un impacto tan fuerte que dejaron su estilo, método, táctica y personalidad.
El 29 de junio pasado, funcionarios del Departamento de Estado anunciaron que culpan a “El Lazca” por el homicidio del entonces candidato a la gubernatura de Rodolfo Torre Cantú, en junio de 2010. Algunas fuentes han indicado que Los Zetas se aproximaron al político para ver si trabajaría con ellos y la respuesta negativa lo llevó a su muerte. “El Lazca” también es acusado de ordenar en agosto de 2010 el asesinato de 72 migrantes encontrados muertos en San Fernando, Tamaulipas. Con estos y otros actos de tal nivel de violencia, así como el simple hecho de que “El Lazca” ha sobrevivido mientras sus enemigos han sido arrestados (“La Barbie”) o asesinados (“Tony Tormenta”, “Nacho” Coronel), el líder zeta se ganó su estatus de “más buscado”.
Los métodos de la nueva escuela
Más importante es que su presencia como un rey de los mercados de la “globalización perversa” de México representa el establecimiento firme de una nueva escuela de empresarios de la guerra mexicanos, un grupo de hombres extremadamente violentos que prefieren el miedo extremo como arma y que utilizan la coerción y la corrupción solamente cuando la amenaza de un asesinato brutal no funciona. En la vieja escuela, “El Chapo”, por ejemplo, rechaza el secuestro y da mucha importancia a la corrupción de alto nivel. La nueva escuela del crimen mexicano, si es definida solamente por la experiencia de “El Lazca”, parece alejarse de controlar elementos a nivel federal, concentrándose en las corporaciones policiacas de los niveles estatal y municipal, prefiriendo las amenazas violentas sobre la corrupción.
La estrategia de reclutamiento se enfoca en el Ejército y la policía, aunque está claro que los sicarios de Los Zetas están más en la línea de entrenarse para disparar ráfagas de metralleta que el estilo de “tres disparos” de los tiradores altamente entrenados. Aún así, los campos de entrenamiento exhiben que “El Lazca” prefiere a los reclutas que ya sepan cómo usar un arma, como es exhibido por sus alianzas con el grupo de sicarios La Línea, de dónde prefieren tomar a sus asesinos, así como de policías despedidos o retirados. Los campamentos de entrenamiento del cártel probablemente están esparcidos a lo largo de México, El Salvador y Guatemala.
En Centroamérica, donde Los Zetas han penetrado meticulosamente en Guatemala y El Salvador, hay numerosos casos de su uso de los ejércitos, especialmente para obtener parque de calidad. El más respetado experto en explosivos en el ejército salvadoreño, un mayor Espinoza, es sospechoso de estar en la nómina de Los Zetas, operando la red de contrabando de armas en El Salvador en la relativa seguridad de una “casa de seguridad” en Cobán, en el departamento de Alta Verapaz, en Guatemala, considerado por muchos, el centro de operaciones principal de Los Zetas en toda Centroamérica.
A pesar de que las dos escuelas del crimen en México -la nueva y la vieja- contrastan ampliamente en algunas áreas, hay coincidencias también: ambos tienen un método estricto de contabilidad. Los cárteles aseguran los pagos de una amplia variedad de fuentes, desde coyotes y mulas, hasta ladrones de petróleo y gas y secuestradores para ascenderlos en la jerarquía del cártel. Las redes del lavado de dinero son bien administradas de igual forma y a través de la frontera los socios son pagados con productos y no con dinero.
Situadas muy juntos, ambas escuelas son escencialmente métodos para proteger un imperio de negocios criminal. El negocio es el mismo, excepto por una pequeña desviación de los principales productos y servicios de Los Zetas. Los métodos de protección, supervivencia y expansión de mercado son las principales diferencias. Mientras el panorama de seguridad pública en México y Centroamérica se percibe más allá de 2011, los señores de la droga que siguen en el despertar de “El Lazca” y “El Chapo” serán principalmente aquellos que modelen su negocio usando una mezcla de ambos estilos. Los liderazgos en estilo y metodología para entrar en el mercado, establecer una marca, expandirse y, finalmente, sobrevivir, son preocupaciones diferentes. En un mundo criminal, donde la violencia extrema se ha convertido en la norma, los hombres que se guíen con la influencia de “El Lazca” podrían tener una mayor oportunidad de sobrevivir.
