Debido a que más de la mitad de los mexiquenses se abstuvieron de participar en la elección de gobernador realizada el pasado domingo en el Estado de México, el candidato triunfante, el priista Eruviel Ávila, asumirá el cargo sólo con 26% de apoyo ciudadano, facilitado por “agrupaciones clientelares“, mientras que el restante 74% de los electores que no le dieron su respaldo se trató de gente que “no compartía sus propuestas, que no se sintió atraída por las campañas, que no confía en que las elecciones puedan generar un cambio, o que no cree que haya nada importante en juego, lo cual es muy grave en una democracia”, advirtió María Elena Morera, presidenta de la asociación civil Causa en Común.
La titular de la agrupación ciudadana que aprovechó el ejercicio comicial mexiquense para poner a prueba la campaña piloto ‘Lo más seguro es votar’, cuyo objetivo fue promover la participación civil en las elecciones, añadió que, bajo esta perspectiva, “resulta falso que el PRI arrasara el pasado domingo, sino que fue el abstencionismo lo que arrasó“.
Según estadísticas oficiales, el índice de votantes que el pasado 3 de julio no participaron en los comicios del Estado de México, el cual llegó a 56.5% de la lista nominal, refrendó la tendencia establecida en las anteriores elecciones de gobernador, realizadas en 2005, cuando 57.3% de los electores decidió no acudir a las urnas.
Lo anterior es prueba, consideró Morera, de que “los partidos políticos y el Instituto Electoral del Estado de México incumplieron su obligación de construir ciudadanía, no hicieron su trabajo, lo cual pudimos constatar al ver que buena parte de los habitantes de la entidad no tiene interés por participar en elecciones, no conoce la importancia del voto e ignoran que pueden ser votados”.
Además, destacó, “pudimos constatar que muchos programas sociales fueron usados en frentes electorales, además que vimos una gran ‘monetización’ de las campañas, hubo chavos, por ejemplo, que se negaron a participar en el reparto voluntario de volantes de promoción del voto, arguyendo que por la misma labor, los partidos políticos les pagaban en efectivo”.
Voto blanco y reforma política
Ayer mismo, el poeta Javier Sicilia, dirigente del Movimiento Ciudadano por la Paz, calificó como “ridícula” la elección de gobernador del Estado de México, al considerar que el abstencionismo de 56% debe interpretarse como el “voto blanco” de ciudadanos inconformes con el desempeño de los partidos y los gobernantes.
“Nadie puede gobernar con un padrón de ganancia relativa –afirmó–, y estas elecciones ridículas sólo van a abonar a la situación de violencia y horror que estamos viviendo.
“Los partidos –abundó– no se están dando cuenta de lo que está pidiendo la ciudadanía, ahí hay un voto blanco que no se está está contabilizando, lo cual es sumamente grave. Por ello, una de las cosas que estamos pidiendo como parte de la reforma política es que los votos anulados cuenten.”
Al respecto, Morera advirtió que en el Estado de México no existió una promoción activa de la anulación de sufragios, razón por la cual no puede hablarse de “voto blanco” en esta entidad; no obstante, coincidió con el líder social que el 23 de junio fue recibido por el presidente Calderón en que urge concretar la reforma política pospuesta por los partidos políticos con representación en el Congreso de la Unión: “Respeto a la gente que acude a las urnas para anular su voto, aunque no creo que esa sea la solución para el país. En contraparte –subrayó–, deben aprobarse las candidaturas ciudadanas, así como el que la gente pueda votar y también quitar al gobernante, en caso de que no funcione, es decir, revocación del mandato, lo cual sólo puede darse si se aprueba la reforma del sistema político mexicano”.