La Jornada publica que el gobierno federal modificó en forma deliberada el proyecto arquitectónico aprobado por la Secretaría de Educación Pública (SEP) para construir el monumento Estela de Luz del bicentenario de la Independencia, que se ubicaría sobre la avenida Paseo de la Reforma y las rejas de Chapultepec; además de que otorgó la licitación para emprender la obra a la empresa Gutsa, que en ese momento estaba inhabilitada por malos manejos en la construcción de la autopista del Sol, que comunica la ciudad de México con el puerto de Acapulco, Guerrero.
El presidente de la Comisión de la Función Pública de la Cámara de Diputados, Pablo Escudero, informó que el arquitecto Juan Alberto Bravo Hernández, coordinador general de la construcción del monumento, incurrió en conflicto de intereses porque fue funcionario de Gutsa hasta agosto de 2009, y él se encargó de invitar a esa empresa para concursar en la licitación en la que se le concedió el contrato multimillonario para iniciar la obra del gobierno panista de Felipe Calderón.
Además, en lo que constituye una serie de anomalias acerca de la Estela de Luz, Gutsa entregó a la SEP, por conducto de una empresa filial de Petróleos Mexicanos (Pemex), de nombre Impulso Inmobiliario Integral (III), el proyecto donde se establecía como norma que la excavación para construir la base del monumento debería tener 30 metros de profundidad.
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