Las dos amenazas de Juárez: <br> el crimen y la policía
En Ciudad Juárez, los asesinatos se han vuelto parte de la vida diaria. Más de 4 mil personas –jóvenes y mujeres, también- han sido asesinadas en la ciudad desde 2008.
Luz Sosa, reportera de El Diario de Juárez y mamá de dos niños, ha documentado cada uno de estos asesinatos.
Sosa no olvidará en particular uno de los asesinatos de 2008, el de su compañero Armando Rodríguez, quien fue asesinado por hombres enmascarados afuera de su casa. Un día antes, Rodríguez estuvo reporteando sobre los cárteles de la droga en la ciudad.
“El día antes que fuera asesinado nos dijimos adiós, como siempre”, dice Sosa con un suspiro. “Como otros días, platicamos sobre ir por unos tragos con otros compañeros. Estaba en mi casa cuando mi jefe me llamó para decirme que había sido asesinado. No lo pude creer. No me lo esperaba, en absoluto, aunque sí ha habido múltiples amenazas y agresiones”, dice Luz.
Algunas semanas antes que Rodríguez fuera asesinado, en la plaza comercial más concurrida de Juárez apareció una cabeza decapitada sobre un ejemplar de El Diario.
“Debimos haber visto esto como una amenaza al periódico, pero no lo vimos”, dice Luz. “Nunca esperamos que algo nos pasaría a nosotros”.
Sosa habla y escribe sobre la vida cotidiana de Juárez, la cual ahora incluye “uno, cinco, siete o nueve asesinatos”.
El diario The Guardian habló con Luz Sosa sobre el capítulo de la guerra de México contra las drogas, que se transmitirá este viernes por el canal 4 en el Reino Unido.
Sosa, una periodista que ha estado en el medio por 22 años, parece desensibilizada sobre los asesinatos diarios, dice el diario inglés.
En un día “muy pesado” Sosa puede ver hasta 20 asesinatos, reporta The Guardian. Sin embargo, eso no ha sucedido en un tiempo, pero hace dos años, en 2009, esa carnicería era un lugar común. Más de 300 personas fueron asesinadas por los “escuadrones de la muerte de Juárez” en septiembre de 2009, el mes más sangriento en la historia de la ciudad.
Dos colegas de Sosa han sido asesinados desde que la guerra contra el narcotráfico comenzó. Hoy, una pequeña flor ocupa el lugar que dejó Luis Carlos Santiago, el fotógrafo de 21 años que solía trabajar en el diario.
Sosa dice que cada vez es más difícil reportear desde la ciudad. “La situación está empeorando, han aumentado las camionetas armadas. Cuando la situación se vuelve más violenta, se hace más difícil ejercer la labor periodística. Hay lugares en que no puedes reportear en absoluto porque hay puesto bombas en las oficinas, secuestrado a periodistas”.
Sin embargo, las amenazas violentas no sólo vienen de los cárteles de la droga. La policía federal que está en la ciudad también intimida a los periodistas que han reportado sobre lazos entre las autoridades y los cárteles de la droga. En los primeros días de mayo, a uno de los colegas de Sosa le fue confiscado su teléfono celular por un policía federal mientras reportaba un asesinato. Otro más fue físicamente intimidado. “A veces llega el punto en que recibes amenazas de muerte”, dice, “esto es parte de la vida diaria”.
Sosa se resiste a hablar sobre los peligros de reportear en la ciudad, sin embargo, se anima con la pregunta sobre si después de cuatro años sangrientos la corrupción está cerca de ser aniquilada: “No hay voluntad política para erradicar la situación, muchos políticos se benefician de esto. Es redituable para ambos, el crimen organizado y las autoridades corruptas. La situación podría cambiar si el gobierno dejara de pensar en estos términos”, dice. “Ésta es una guerra que le ha costado a México 40 mil vidas hasta el momento. Ésta es una guerra que ninguna persona quiso. Ésta es una guerra de la cual la gente ya tuvo suficiente. Ellos no quieren paz entre los dos bandos, ellas quieren que el gobierno haga su trabajo y persiga a los traficantes de droga y los traiga a la justicia. Ellos quieren que se erradique este problema.”
Sosa dice que nunca ha contemplado renunciar a su trabajo, aunque ya escribió un testamento para asegurar a sus hijos de 19 y 16 años si la llega a pescar el fuego cruzado.
La mujer que alguna vez fue descrita como la más valiente de México, dice: “No quiero ser fatalista, sólo soy práctica. No soy valiente, es el diario como un todo –uno de los diarios más sólidos del país-, y espero que podamos ser un buen ejemplo para la próxima generación de periodistas.”
En Ciudad Juárez…
El sitio con más homicidios durante el año pasado fue Ciudad Juárez, Chihuahua, gobernada desde finales de 2010 por Héctor Murguía, del PRI, con dos mil 738. Fue también el lugar con más ejecuciones: dos mil 661.
La Jornada publica que durante 2011 han sido asesinados en Ciudad Juárez 41 menores de 18 años. De éstos, siete eran mujeres. Todos, ejecutados con armas de fuego de grueso calibre, en calles de la localidad o en sus casas.
Militar polémico por sus declaraciones y las denuncias en su contra por tortura que han llegado a instancias como la Corte Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), el teniente coronel Julián Leyzaola se encuentra ante uno de los mayores retos de su vida desde que se enroló al Ejército a la edad de 16 años: Dirigir la policía de Ciudad Juárez, Chihuahua.
La organización Human Rights Watch (HRW) pidió al gobierno federal “asumir de inmediato” la investigación de las desapariciones forzadas de cuatro ciudadanos de Ciudad Juárez, Chihuahua, el pasado 26 de marzo, atribuidas a la policía municipal.
Judith Torrea, la periodista española que ha vivido en Ciudad Juárez, México, desde hace 14 años, presentó su libro Juárez en la sombra en Madrid, España. Gracias a esta primera publicación, Torrea ganó en 2010 el Premio Ortega y Gasset de Periodismo Digital.
