En su primera plana, Reforma publica que el gobierno federal sabía de la colaboración de agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) con el crimen organizado, específicamente dedicado al secuestro de migrantes de indocumentados en Tamaulipas.
En 2009, el entonces quinto visitador de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Mauricio Farah, dijo que uno de los testimonios que recabó fue el de una mujer que viajaba con su hermano rumbo a la frontera con Estados Unidos, cuando agentes de migración los hicieron bajar del autobús en Tampico, los trasladaron a oficinas del Instituto y después los entregaron a un grupo de secuestradores.
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