El Cardenal Juan Sandoval Íñiguez criticó las reformas que se aprobaron en el Congreso de la Unión a la Constitución General de la República que habla de las preferencias sexuales, pues consideró que son peligrosas, además de que equiparó el matrominio entre personas del mismo género con la zoofilia o la pedofilia.
Dentro de su sección “La Palabra del Pastor” que se incluye en número 739 de El Semanario, que es el órgano de difusión de la Arquidiócesis de Guadalajara, y que será distribuido a partir del domingo, aparecen estas críticas lanzadas a las reformas realizadas por los senadores, pero que previamente habían recibido el visto bueno de los diputados federales.
“Al quedar las preferencias sexuales protegidas, se abre la puerta a toda clase de irregularidades y aberraciones, porque cabe señalar que existen preferencias sexuales muy aberrantes, por ejemplo el caso de la pedofilia, la zoofilia, entre otras. Así, prácticas como el llamado ‘matrimonio’ entre personas del mismo sexo, quedarán, por así decirlo, consagradas mediante esta reforma”, dice la colaboración del Cardenal.
Incluso llama a los ciudadanos a que se informen y actúen contra estas reformas, pues considera que al modificar el Artículo 3º se abre la posibilidad de que los maestros en las escuelas puedan enseñar lo que quieran.
“Se confirma que la educación debe ser impartida de acuerdo a la ‘Ideología de Género’, y que, por lo tanto, debe enseñarse a los niños a respetar todos los géneros y preferencias sexuales, pese a los desórdenes e irregularidades que esto implica. De tal modo, los maestros tienen vía libre para enseñar lo que quieran”, dice la sección que esta semana lleva el título Reformas -en lo oscurito- no son democráticas.
“Insisto, pues, en advertir a los padres de familia sobre esas enmiendas. Ojalá capten este mensaje y, con la ayuda de buenos abogados, honrados y conscientes, obtengan una explicación más a fondo, que les haga saber las implicaciones que sobrevendrán en caso de que estas reformas continúen adelante”.
Respecto del Artículo 5º, señala que se sancionan como positivas las preferencias sexuales, pero advierte que éste término no se incluye en ningún tratado internacional ni en ninguna constitución como un término protegido por la ley, por lo que considera que se convierte en una reforma que pone en peligro al resto de las preferencias.
“Parece una expresión inocua y sin mayores consecuencias, pero es peligrosa y terrible porque excluye de esa protección a todas las demás preferencias”, dice el texto.
“La limitante es porque, al ponerle específicamente el adjetivo ‘sexuales’, se excluyen preferencias religiosas, culturales, políticas, deportivas, etcétera, quedando así, éstas, desprotegidas por la Constitución”.
Finalmente, el Cardenal considera que las reformas realizadas de esta manera, sin haber consultado a la sociedad, son pueden ser consideradas como democráticas.