Esta mañana, mientras Humberto Moreira –exgobernador de Coahuila- tomaba posesión en Querétaro como dirigente nacional del PRI, en Saltillo se registraba una balacera en la llamada Zona Dorada, la cual, según informes del alcalde Jericó Abramo Jasso, dejó un saldo de cinco muertos, la mayoría delicuentes.
Según los primeros reportes de Seguridad Pública Municipal, el enfrentamiento se originó a las once horas en la calle de Reynosa, cruce con V. Carranza, al norte de la ciudad, donde elementos de la Fiscalía del Estado se encontraron con un grupo armado y comenzó la persecución por la avenida principal.
En dicha esquina se encuentran ubicadas las dos casas de estudios más importantes de la capital del estado, el Instituto Tecnológico de Saltillo y la Universidad Autónoma de Coahuila, cuyos estudiantes se atrincheraron en sus instalaciones desde el inicio del enfrentamiento.
La persecución continuó tres cuadras hasta llegar al cruce de V. Carranza con el Periférico Luis Echeverría, donde los delincuentes tomaron dicha arteria con dirección al poniente, y justo a la altura del edificio llamado Torre Elite y a menos de veinte metros del Colegio Ignacio Zaragoza arreciaron los disparos.
Según testigos contactados en Saltillo, el comando armado continuó hasta el boulevard Isidro López y luego perfilaron hacia Vito Alessio Robles, al norponiente de la ciudad, donde lograron escapar de las autoridades.
Luego del problema vial originado y la histeria de conductores y transeúntes, fue acordonada el área hasta pasado el medio día por fuerzas federales y del ejército.
Según datos extraoficiales, también hubo un vehículo incendiado, al parecer por detonación de granada. La psicosis desatada ha hecho que en redes sociales se hable de más enfrentamientos en otros puntos de la ciudad, que la autoridad no ha reportado.
“Tenemos miedo”
Animal Político pudo platicar vía telefónica con testigos del enfrentamiento y otros que escucharon desde sus aulas de clase.
“Yo iba pasando y vi las camionetas, los balazos, no me la creía, me tiré al suelo muerto de miedo, no me paré hasta que me levantó un paramédico, creían que me habían disparado. Ahorita no salgo de mi casa, tengo mucho miedo, no dejo de temblar”, dijo Héctor Herrera, estudiante de Ingeniería.
“Estamos en el salón, ya no tenemos clases, pero nadie quiere salir, porque tenemos miedo, ahorita nos dijeron que nos van a trasladar por puertas traseras, algunas de mis amigas están llorando”, manifestó Judith Mesa, de la preparatoria Ateneo Fuente.