La Jornada publica un nuevo cable de WikiLeaks, el 09MEXICO944 y 09MEXICO3091, el cual refiere que los intentos de alteración y falsificación de documentos para obtener visas de no residentes para Estados Unidos se multiplicaron y la legación del país vecino calificó el nivel de fraude en su unidad de visados de media a alta.
Uno de los focos rojos marcados por la Unidad de Prevención de Fraude (FPU, por sus siglas en inglés) de la sección consular estadounidense era, para ese momento, la frágil seguridad del proceso para la obtención de un pasaporte mexicano.
La Unidad de Visas para no Inmigrantes, de la embajada de Estados Unidos en la ciudad de México es una de las tres oficinas de su tipo que más documentos de viaje estadounidenses emiten en el mundo: entre mil 500 y 2 mil visas diarias.
En el periodo comprendido en esa investigación, la Unidad para la Prevención de Fraudes reportó 296 casos dudosos. “De éstos se confirmaron como intentos de fraude 129 y se desecharon como no fraudulentos 167.
Los casos más frecuentes de intentos de fraude para obtener visas de no inmigrantes se descubrieron entre los solicitantes de visas tipo H, especialmente H2B, de trabajadores temporales.
Uno de los cables señala a una empresa que se dedicaba a ofrecer gestión para obtener visas y que tenía su oficina en las instalaciones del hotel Sheraton, justamente al lado de la embajada estadounidense, en Paseo de la Reforma. Se detectó que esa organización estaba involucrada en al menos diez casos de solicitud de visa con certificados de trabajo falsos.
Son muy diversas las vías por las cuales algunos solicitantes de ese documento pretenden conseguirlo para viajar de manera fraudulenta a Estados Unidos: unos, que son portadores de visas auténticas, se rentan como cónyuges (mediante certificados de matrimonio falsos). Otros casos son los padres (solos o en pareja) con un menor adoptado a la mexicana (así lo definen los autores del cable de Wikileaks) o sin cumplir las formalidades de un proceso de adopción legal, según las autoridades estadounidenses.
Ante la incidencia de estos casos, el gobierno estadounidense implementó sus programas de Investigaciones Criminales de la Oficina de Seguridad Diplomática y el de Seguridad de Visas y Pasaportes, que comprendió el despliegue de siete agentes especializados en esta materia, ubicados en los consulados de las ciudades de México, Hermosillo, Juárez, Tijuana, Matamoros, Monterrey y Guadalajara. En los cables se informa que en 2010 se añadirían dos agentes especiales en Nuevo Laredo y Nogales.
Leer la entrada completa en La Jornada.