“Siendo las 17 horas con 24 minutos, el senador Gustavo Madero es electo nuevo presidente nacional del PAN…”
Cada nueva elección del presidente nacional del PAN termina con esta misma declaratoria formal, hecha por el antecesor. Así le tocó a Germán Martínez, Manuel Espino, Luis Felipe Bravo…
Quizá ahora, la novedad es que esta misma declaratoria la usó uno de los consejeros nacionales de este partido, pero para decretar el fin del grupo político que llevó a Felipe Calderón a la presidencia de la República y que todavía cuenta con mayoría en el Consejo Nacional del PAN. Sólo cambió unas palabras: “Siendo las 17 horas con 24 minutos, declaro formalmente extinguido al calderonismo…”
Y todavía añadió: “hoy, aquí algo se murió”.
Como para ratificarlo, al día siguiente =domingo 5 de diciembre= los propios panistas le dieron cristiana sepultura a este grupo, cuando dejaron a éste y otros calderonistas, esos que apoyaron a Roberto Gil en la contienda contra Gustavo Madero, fuera del Comité Ejecutivo Nacional.
“Se acabó” alcanzó a ratificar, antes de salir de la sede nacional de su partido.
Si fijamos como fecha de nacimiento de este grupo el 30 de mayo de 2004, cuando Felipe Calderón decidió renunciar a la Secretaría de Energía en el gobierno de Vicente Fox para lanzarse a buscar la candidatura presidencial, el grupo aguantó seis años y medio.
Aquel día, molesto por el regaño que públicamente le había hecho Fox por adelantar los tiempos –un día antes, el gobernador de Jalisco, Francisco Ramírez Acuña, le había organizado una comida-mitin-, Calderón se reunió con sus cinco colaboradores más cercanos y con ellos decidió su futuro: su esposa Margarita Zavala, Max Cortázar, Alejandra Sota, Germán Martínez y Juan Ignacio Zavala.
Después se sumaron Juan Camilo Mouriño, Jordy Herrera, Juan Molinar, Javier Lozano Ernesto Cordero, Patricia Flores, Rafael Giménez, Gabriela Ruiz, Luis Felipe Bravo, Gerardo Ruiz Mateos, César Nava, Josefina Vázquez Mota…
Seis años y medio.
Este fin de semana, se partieron. Unos con Gustavo Madero, otros con Roberto Gil y algunos más con Cecilia Romero o Francisco Ramírez Acuña.
Y de paso, dieron el banderazo de arranque para la selección del candidato presidencial de 2012 donde, ya avisaron, también jalará cada uno por su lado. Unos con Ernesto Cordero, otros con Alonso Lujambio, unos más con Josefina Vázquez Mota y alguno con Heriberto Félix.
“No es pleito ni división. No lo veo así. Simplemente no hubo línea del Presidente y cada uno apoyamos al que creímos mejor” matiza Javier Lozano, secretario del Trabajo.
Era un proceso natural, agrega Max Cortázar. “Sin pleito”, dice.
Lo cierto es que la ruptura ya estaba “cantada” desde la salida de dos de los representantes de los grupos ahora antagónicos del panismo de Los Pinos: Max Cortázar y Patricia Flores.
Y en esta elección del nuevo presidente nacional quedó en claro. Max Cortázar, Juan Molinar, Javier Lozano, Ernesto Cordero se fueron con Gustavo Madero. Germán Martínez, Gabriela Ruiz, Patricia Flores, Alonso Lujambio y Josefina Vázquez Mota con Roberto Gil.
Alejandra Sota y Luis Felipe Bravo se mantuvieron a distancia.
La separación se profundizó en la contienda. En parte, gracias a que el Presidente operaba discretamente a favor de Madero, a pesar de que éste se apoyaba en los adversarios de Patricia Flores e incluso en panistas lejanos del calderonismo o hasta contrarios a él, como Beatriz Zavala, Marko Cortés, Rodolfo Dorador, Luis Alberto Villarreal.
“El Presidente dudó y dejó que Madero permitiera crecer al anticalderonismo”, dijo uno de los consejeros más cercanos a Los Pinos.
Por eso mismo, la civilidad entre calderonistas se acabó. Por ejemplo, Madero y los otros tres contendientes impugnaron el registro de Gil ante el Tribunal Electoral, en una decisión que dejó pasar César Nava, el presidente saliente. Luego, hicieron abierta campaña juntos para enfrentar a Gil. Todavía el viernes, un día antes de la elección, se juntaron para anunciar en conferencia de prensa que irían en bloque y sólo se abortó el anuncio por la intervención de Francisco Blake, secretario de Gobernación. Hasta las camisetas con el lema de “Unidad” que habrían de usar para la foto ya estaban hechas.
A Gil decidieron cobrarle su corta carrera en el panismo y, sobre todo, su decisión de contar con el apoyo de Patricia Flores –a la que acusan de romper la unidad del calderonismo- y de Jorge Manzanera, operador electoral de este partido.
El sábado, día de la elección, sólo confirmaron lo dicho.
En la primera ronda, Madero obtuvo seis votos más que Roberto Gil y eso abrió la puerta para que consiguiera el apoyo del sector más conservador del panismo, conocido como el Yunque, que le entregó sus votos a cambio de espacios en el Comité Ejecutivo Nacional.
Así, antes de que arrancara la segunda ronda de votaciones, Cecilia Romero y Francisco Ramírez Acuña anunciaron que no competirían más y obligaron al ex subsecretario de Gobernación a buscar un acuerdo para que no lo sepultaran con los votos de sus cuatro contendientes.
Gil declinó y no hubo necesidad de votar nuevamente. Madero fue electo por unanimidad.
Pero el domingo volvieron a las andadas. Aún cuando habían acordado integrar un Comité Ejecutivo Nacional con los colaboradores de Gil, Madero desechó los ocho nombres propuestos y se fue por la libre. Dejó fuera a Jordy Herrera, Patricia Flores, Jorge Manzanera y Ricardo Anaya, los cuatro colaboradores más cercanos de su oponente. Germán Martínez quedaba dentro, porque los expresidentes del PAN tienen un lugar ex oficio.
Gil rompió lanzas con un comunicado, en el que decía que Madero no había respetado los acuerdos y había desechado sus propuestas para integrar el CEN.
Madero prefirió apostar por los ajenos al calderonismo y dejó entrar a este órgano de dirección a más de una tercera parte de los adversarios del Presidente.
Germán Martínez y Jorge Manzanera, incluso, se retiraron de la sesión.
Por eso, puede decirse que, siendo las 17 horas con 25 minutos del sábado 4 de diciembre, quedó formalmente disuelto el calderonismo.