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Murillo Karam sale de Tepepan, lo trasladan a su casa para cumplir prisión domiciliaria
Murillo Karam sale de Tepepan, lo trasladan a su casa para cumplir prisión domiciliaria
Un dispositivo de seguridad organizado por Guardia Nacional trasladó al ex funcionario a su domicilio en las Lomas de Chapultepec. Foto: Cuartoscuro
4 minutos de lectura
Murillo Karam sale de Tepepan, lo trasladan a su casa para cumplir prisión domiciliaria
El exprocurador Jesús Murillo Karam dejó la torre de Tepepan, llevará su proceso por el caso Ayotzinapa en prisión domiciliaria. Está acusado de los delitos de desaparición forzada, tortura y contra la administración de la justicia.
13 de abril, 2024
Por: Redacción Animal Político

El extitular de la Procuraduría General de la República (PGR), Jesús Murillo Karam, dejó la Torre Médica de Tepepan y fue trasladado a su domicilio de Lomas de Chapultepec para continuar su proceso en prisión domiciliaria.

El exfuncionario de 76 años está acusado de tortura en agravio de Felipe Rodríguez Salgado “El Cepillo”, supuesto integrante de los Guerreros Unidos, grupo vinculado a la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

Poco antes del medio día se realizó el traslado bajo un dispositivo de seguridad de la Guardia Nacional, pues Murillo Karam debía estar en su domicilio antes de las 15:00 horas, de acuerdo con lo ordenado por el juez, quien fijó un plazo de 24 horas.

Durante el traslado, el auto en el que viajaba el exprocurador estuvo escoltado por otros autos con elementos de seguridad. Al llegar al domicilio se abrió el portón e ingresaron los autos.

Como parte de las medidas impuestas por el juez, el detenido entregó su pasaporte, se emitió una alerta migratoria para indicar que no puede salir del país, también tendrá vigilancia permanente, elementos de seguridad tendrán acceso a su casa.

No podrá comunicarse con las víctimas o testigos del caso por el cual se le juzga y se llevará un registro de las personas que visiten a Murillo en su domicilio.

jesus murillo karam
Foto: Cuartoscuro/Archivo

Comisión de la Verdad rechaza cambio de medida cautelar a Murillo Karam

La Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia en el caso Ayotzinapa (CoVAJ) condenó la determinación de Juan José Hernández Leyva, juez de control del Centro de Justicia Penal Federal en la Ciudad de México quien otorgó la medida cautelar de prisión domiciliaria al exprocurador general de la República, Jesús Murillo Karam.

También lee: Murillo Karam suma segunda vinculación a proceso; lo acusan de tortura en caso Ayotzinapa

“Con dicha determinación se atenta una vez más contra el derecho a la verdad y la justicia de las víctimas y sus familiares, toda vez que el exfuncionario ha sido señalado como uno de los principales responsables de obstruir la justicia en la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, así como de construir la mal llamada “verdad histórica” sobre lo ocurrido la noche del 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero”, informó al Comisión en un comunicado.

Al respecto, la COVAJ se comprometió a seguir trabajando con las madres y padres en torno al reforzamiento de los trabajos de búsqueda en campo; a romper el pacto de silencio criminal y obtener información que permita dar con el paradero de los jóvenes desaparecidos e intensificar las acciones legales para castigar a los responsables.

Murillo Karam prisión domiciliaria
Foto: Cuartoscuro

Acusación de tortura contra Murillo Karam

En abril de 2023, el exprocurador sumó esta nueva vinculación a proceso por presuntamente torturar a Felipe Rodríguez Salgado, alias “El cepillo”, señalado de ser sicario de Guerreros Unidos y de estar implicado en la desaparición de los 43 normalistas.

De acuerdo con la acusación realizada por la Fiscalía General de la República (FGR), Murillo Karam autorizó dichas torturas contra “El cepillo” en las instalaciones que administrativamente dependían de su cargo como Procuraduría General de la República.

Para comprobar su supuesta responsabilidad, los fiscales mostraron los informes médicos de “El Cepillo” que señalaban que tenía 31 lesiones al momento de ser detenido.

Pese a lo anterior, debido a su delicado estado de salud, su defensa promovió un juicio de amparo para buscar obtener a su favor la prisión domiciliaria, recurso que obtuvo una suspensión, pero no para los efectos que esperaba.

Por esa razón, sus abogados interpusieron un recurso de revisión incidental en la que finalmente los magistrados del Primer Tribunal le dieron la razón.

De acuerdo con el Consejo de la Judicatura Federal (CJF), entre las razones por las que la mayoría de los integrantes del Tribunal dieron la razón al exprocurador se encuentra el artículo 166 del Código Nacional de Procedimientos Penales (CNPP) que establece una excepción para que la aplicación de la prisión preventiva se ejecute en el domicilio de la persona imputada o, de ser el caso, en un centro médico o geriátrico, en aquellos supuestos en que el imputado sea mayor de setenta años o que padezca una enfermedad grave.

Las medidas que le podrían imponer en prisión domiciliaria son la prohibición de salir del país, una garantía económica, entre otras. Actualmente, Murillo Karam tiene como medidas el uso de un localizador, la prohibición de acercarse a los aeropuertos, la entrega del pasaporte y la emisión de una alerta migratoria.

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“Solo quería darle una vida digna”: el padre que vio morir a su hija asfixiada intentando llegar a Reino Unido
6 minutos de lectura
“Solo quería darle una vida digna”: el padre que vio morir a su hija asfixiada intentando llegar a Reino Unido

La familia de origen iraquí había pedido asilo en varios países de Europa, pero dicen que se lo denegaron y les dijeron que iban a ser deportados.

02 de mayo, 2024
Por: BBC News Mundo
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Ahmed Alhashimi está en la playa, gritando a las olas que van y vienen, golpeándose y arañándose el pecho, entregándose al dolor, la rabia y la culpa, que no desaparecen.

“No pude protegerla. Nunca me lo perdonaré. Pero el mar era la única opción que tenía”, solloza.

La semana previa, al amanecer, en ese mismo tramo de la costa francesa al sur de Calais, el hombre de 41 años se vio atrapado dentro de un bote inflable mientras gritaba para pedir ayuda, arremetía contra los cuerpos que lo rodeaban y rogaba a la gente que se moviera para darle espacio y poder agacharse.

Quería así rescatar a su hija Sara, de 7 años, de la oscuridad sofocante en la que había sido aplastada.

“Sólo quería que aquel hombre se moviera para poder levantar a mi bebé”, explica Ahmed.

Se refiere a un joven que era parte de un grupo más grande que embarcó en el último minuto, cuando el bote ya estaba alejado de la costa.

El hombre primero lo ignoró. Luego lo amenazó.

“Eso fue como la muerte misma. Vimos gente morir. Vi cómo se comportaban esos hombres. No les importaba a quién pisaban, fuera un niño o la cabeza de alguien, joven o viejo. La gente empezó a asfixiarse”, cuenta Ahmed con amargura.

Sara con un muñeco de peluche en la mano.
BBC
Sara, de 7 años, se asfixió cuando la gente la empujaba en el bote en el que intentaba cruzar de Francia a Reino Unido.

Aunque Ahmed es iraquí, su hija ni siquiera conocía ese país. Nació en Bélgica y pasó la mayor parte de su corta vida en Suecia.

En total, cinco personas murieron en el mismo incidente, víctimas de lo que debió parecer una agonizante estampida a cámara lenta.

Un equipo de la BBC presenció lo que sucedió.

Los traficantes escoltaban a sus pasajeros a través de la playa hacia un pequeño bote mientras usaban fuegos artificiales y empuñaban palos para protegerse de un grupo de policías franceses que intentaba, sin éxito, impedir que el grupo abordara en el bote.

Un bote inflable abarrotado se dirige al mar en el Canal bajo la luz de la luna. Un barco de la guardia costera francesa aparece en el horizonte.
BBC News
El bote inflable abarrotado se hace a la mar en el Canal entre Francia y Reino Unido.

“¡Ayuda!”

A medida que el barco se alejaba mar adentro, escuchamos a alguien gritar débilmente desde a bordo. Pero en la penumbra que precede al amanecer era imposible saber qué estaba pasando.

Al amanecer, la policía se alejaba ya de la orilla junto a un presunto traficante de personas y algunos de los migrantes que no subieron al bote.

Ahmed confirmó más tarde que el hombre que gritaba pidiendo ayuda era él, implorando desesperadamente a quienes lo rodeaban que salvaran la vida de Sara.

La esposa de Ahmed, Nour AlSaeed, y sus otros dos hijos, Rahaf, de 13 años, y Hussam, de 8, también quedaron atrapados entre la gente, pero podían respirar.

“Soy un trabajador de la construcción. Soy fuerte. Pero ni siquiera yo podía sacar mi pierna, atrapada en la multitud. No me extraña que mi pequeña tampoco pudiera. Estaba bajo nuestros pies”, dice Ahmed.

El cuarto intento

Este era el cuarto intento de la familia para cruzar de Francia a Reino Unido desde que llegaron a la zona hace dos meses.

La policía los sorprendió dos veces en la playa cuando luchaban por el seguir el ritmo del resto de migrantes, que corrían hacia el bote de un traficante.

Ahmed cuenta que esta vez, los traficantes -que cobraban US$1.600 por adulto y la mitad por cada niño-, les habían prometido que sólo 40 personas subirían a su bote, pero se sorprendieron cuando otro grupo de migrantes apareció en la playa e insistió en subir a bordo.

Sara estuvo tranquila al principio. Sostenía la mano de su padre mientras caminaban desde la estación de tren de Wimereux la tarde anterior. Luego, durante la noche, se escondieron en unas dunas al norte de la ciudad.

Poco antes de las 6 de la mañana, el grupo ya había inflado su bote. Luego, los traficantes les ordenaron que lo llevaran a la playa y corrieran con él hacia el mar antes de que la policía los interceptara.

Dice Ahmed que, de repente, un bote de gas lacrimógeno de la policía explotó cerca de ellos y Sara comenzó a gritar.

Una vez que subieron a la embarcación, Ahmed sostuvo a Sara sobre sus hombros durante aproximadamente un minuto, pero luego la bajó para ayudar a subir a bordo a su otra hija, Rahaf.

Fue entonces cuando perdió de vista a Sara.

Solo más tarde, cuando los equipos de rescate franceses los interceptaron en el mar y desembarcaron a algunas de las más de 100 personas hacinadas en el bote, Ahmed pudo por fin llegar hasta el cuerpo de su hija.

“Vi su cabeza en la esquina del barco. Estaba toda azul. Ya estaba muerta cuando la sacamos. No respiraba”, explica entre sollozos.

Desde entonces, las autoridades francesas atienden a la familia mientras esperan para enterrar el cuerpo de Sara.

Sara con su hermano Hussam y su hermana Rahaf.
BBC
Sara (derecha) con su hermano Hussam y su hermana Rahaf. Ya habían intentado cruzar el Canal tres veces.

“Era la única opción que tenía”

Ahmed dice que es consciente de las fuertes críticas en las redes sociales que ha enfrentado por parte de personas que le acusan de poner a su familia en un riesgo innecesario. Parece debatirse entre aceptar y rechazar tales acusaciones.

“Nunca me lo perdonaré. Pero el mar era la única opción que tenía. Todo lo que pasó fue en contra de mi voluntad. Se me acabaron las opciones. La gente me culpa y dice: ‘¿Cómo arriesgaste a tus hijas?’ Pero he estado 14 años en Europa y he sido rechazado”, dice Ahmed, y detalla los años de intentos fallidos para asegurar su residencia en la Unión Europea tras de haber huido de Irak después de lo que describió como amenazas de grupos de milicias.

Al parecer, Bélgica le denegó el asilo con el argumento de que Basora, su ciudad natal en Irak, estaba clasificada como zona segura.

Cuenta que sus hijos pasaron los últimos siete años con un pariente en Suecia, pero que recientemente le informaron que serían deportados, junto a él, a Irak.

“Si supiera que hay un 1% de posibilidades de quedarme con los niños en Bélgica, Francia, Suecia o Finlandia, me quedaría allí. Lo único que quería para mis hijos es que fueran a la escuela. No quiero ningún tipo de ayuda social. Mi esposa y yo podemos trabajar. Sólo quería protegerlos a ellos, a su infancia y a su dignidad”, continua.

“Si la gente estuviera en mi lugar, ¿qué harían? Aquellos que (me critican) no han sufrido lo que yo he sufrido. Ésta era mi última opción”, dice, apelando al gobierno británico en busca de solidaridad y apoyo.

El último dibujo que hizo Sara de su familia.
BBC
El último dibujo que hizo Sara de su familia antes de su cuarto intento por llegar a Inglaterra.

Eva Jonsson, profesora de Sara en Uddevalla, Suecia, describe a la niña como “amable y buena” en un mensaje de vídeo enviado a la BBC.

“Tenía muchos amigos en la escuela. Jugaban juntos todo el tiempo… En febrero nos enteramos de que la deportarían y de que sería rápido. Nos avisaron con dos días de antelación”, explica.

Después de enterarse de su muerte, la clase se reunió en círculo y guardó un minuto de silencio.

“Es muy desafortunado que esto le pase a una familia tan agradable. He enseñado a (otros) niños de esta familia y me sorprendió mucho la deportación”, dice la maestra.

“Aún tenemos la foto de Sara delante de nosotros y la guardaremos aquí mientras los niños quieran”.

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